DIA
5. MAKGADIKGADI PANS / GWETA
Nuestra guia Miryam con todo el grupo de viajeros |
amanecer en Botswana |
Cuervo en el salar |
Suricatos |
Son unos magníficos modelos, estuvimos con ellos más de 1 hora. Respetando su espacio, sin hacer ruido ni movimientos bruscos, cada vez nos podíamos acercar más a ellos.
colonia de suricatos |
vacas europeas pastando |
También vimos una nube de aves que se acercaban en bandada rapidisímamente a beber agua por riguroso turno, salían y volvían a acercándose otros a la charca mediante un sinuoso vuelo . Todo un espectáculo.
Nos cruzamos con un grupo de avestruces que no tenían ninguna intención de quedarse un poco quietas para que les pudiésemos hacer una mini sesión fotográfica. Debían tener mucha prisa.
bañito en la piscina |
Llegamos al lodge de Gweta y nos dimos un super refrescante baño en su piscina, después de la fría noche el agua aún estaba helada.
WC al aire libre, integrado con la naturaleza |
Los bungalows estaban muy bien pero el lavabo no tenia techo, así que la ducha era muy “salvaje” (pensabas en si algún monito acalorado vendría a ducharse contigo), lo que si tenían era espejo. Por fin Toni tenia un espejo donde mirar para afeitarse.
Boaba |
Una de las leyendas más conocidas sobre su origen trata sobre el castigo de los dioses por la vanidad del árbol: se dice que hace muchos años, el baobab era espectacular por su belleza, con un frondoso ramaje de hojas verdes y jugosas y con coloridas y perfumadas flores; los dioses, impactados ante tanto esplendor, le concedieron el don de la longevidad.
puesta de sol entre los baobabs |
Intentando abrazar un "arbolito" |
Estos
baobabs son tan viejos que las
raíces que sobresalen
de su base en vez de madera al
tacto parece que sean de piedra.
merendando entre los baobabs |
Allí nos encontramos con una inesperada sorpresa, nuestras guias nos habían preparado una magnífica merienda campestre, vino, empanadillas y costillar. Todo un lujo inesperado.
Cenamos
muy bien en el lodge y después otra sorpresa, el personal de cocina y
del restaurante nos deleitaron con unas
danzas y cánticos típicos de la zona,
todo a la luz y el calor de una fogata. Fantástico.
En
este lodge los
bungalows tienen enchufes eléctricos y
además son europeos.
Una aldea en Gweta |
gelocatiles,.....) que otra pareja de Barcelona y nosotros llevábamos. También dejamos allí los dentífricos y cepillos de dientes y un montón de juguetes pequeños que le “pispó” una compañera de trabajo a su hijo de 3 años.
2
cervezas nos costaron 40 pulas.
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