DIA 5. MAKGADIKGADI PANS / GWETA

DIA 5. MAKGADIKGADI PANS / GWETA
Nuestra guia Miryam con todo el grupo de viajeros































amanecer en Botswana
Madrugón a las 6h. para ver el amanecer en medio del desierto de sal. Un buen desayuno y caminata hasta salir del salar aprovechando para hacer fotos frikis con los colegas y otra vez a montarnos en los vehículos de safari. Por la mañana íbamos muy abrigados con manta incluida. Hacia un frío del carajo.













el desayuno preparado








Esta vez nuestro destino fue una colonia de suricatos.
Cuervo en el salar












Suricatos





Son unos magníficos modelos, estuvimos con ellos más de 1 hora. Respetando su espacio, sin hacer ruido ni movimientos bruscos, cada vez nos podíamos acercar más a ellos.






colonia de suricatos

A esa hora esta toda la colonia tomando el sol en la barriga, así se calientan después de la fría noche del desierto. No se asustaron en ningún momento. Se dejaron hacer cuantas fotos quisimos, fueron muy, muy buenos modelos fotográficos.

vacas europeas pastando
De vuelta a Gweta nos acercamos a una gran charca donde un enorme rebaño de vacas europeas pacían y bebían agua tranquilamente. Parecía que estuviésemos en una pelicula del Oeste Americano.

También vimos una nube de aves que se acercaban en bandada rapidisímamente a beber agua por riguroso turno, salían y volvían a acercándose otros a la charca mediante un sinuoso vuelo . Todo un espectáculo.






Nos cruzamos con un grupo de avestruces que no tenían ninguna intención de quedarse un poco quietas para que les pudiésemos hacer una mini sesión fotográfica. Debían tener mucha prisa.
bañito en la piscina


Llegamos al lodge de Gweta y nos dimos un super refrescante baño en su piscina, después de la fría noche el agua aún estaba helada.
WC al aire libre, integrado con la naturaleza


















Los bungalows estaban muy bien pero el lavabo no tenia techo, así que la ducha era muy “salvaje” (pensabas en si algún monito acalorado vendría a ducharse contigo), lo que si tenían era espejo. Por fin Toni tenia un espejo donde mirar para afeitarse.



Boaba
Comimos muy bien en el lodge y a las 16,30 salimos rumbo a un bosque de baobabs. Allí disfrutamos de una fantástica puesta de sol entre medio de esos impresionantes árboles.




Una de las leyendas más conocidas sobre su origen trata sobre el castigo de los dioses por la vanidad del árbol: se dice que hace muchos años, el baobab era espectacular por su belleza, con un frondoso ramaje de hojas verdes y jugosas y con coloridas y perfumadas flores; los dioses, impactados ante tanto esplendor, le concedieron el don de la longevidad.


puesta de sol entre los baobabs
Intentando abrazar un "arbolito"
A partir de entonces, creció sin parar, cada vez más fuerte, alto y sublime, lo que provocó que ocultara el calor del sol dando sombra a los demás árboles sin dejarles crecer y causando mucho frío a las criaturas del bosque. Lejos de sentirse culpable por los problemas que provocaba y viendo que no dejaba de aumentar en tamaño, desafió a los dioses gritándoles que pronto les alcanzaría. La respuesta no se hizo esperar y éstos le castigaron por su arrogancia plantándolo al revés y dejando sus hermosas ramas, flores y hojas bajo tierra y adoptando el curioso aspecto actual en el que parece que sus raíces miren al cielo implorando el perdón de los dioses.
Estos baobabs son tan viejos que las raíces que sobresalen de su base en vez de madera al tacto parece que sean de piedra.
merendando entre los baobabs





Allí nos encontramos con una inesperada sorpresa, nuestras guias nos habían preparado una magnífica merienda campestre, vino, empanadillas y costillar. Todo un lujo inesperado.
Cenamos muy bien en el lodge y después otra sorpresa, el personal de cocina y del restaurante nos deleitaron con unas danzas y cánticos típicos de la zona, todo a la luz y el calor de una fogata. Fantástico.
En este lodge los bungalows tienen enchufes eléctricos y además son europeos.














Una aldea en Gweta
Para la escuela y el ambulatorio de Gweta dejamos ropa, material escolar, y medico (aspirinas, 
gelocatiles,.....) que otra pareja de Barcelona y nosotros llevábamos. También dejamos allí los dentífricos y cepillos de dientes y un montón de juguetes pequeños que le “pispó” una compañera de trabajo a su hijo de 3 años.


2 cervezas nos costaron 40 pulas.

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