DIA 4. ELEPHANT SANDS - MAKGADIKGADI PANS

DIA 4. ELEPHAND SANDS / MAKGADIKGADI PANS
Amanecer en Bostwana
Otro madrugón, 6,15 h. Tomamos un café con unas galletitas y nos pusimos en marcha. 

Fuimos caminando por la reserva privada de Elepahant Sands guiados por un guia con escopeta incluida, no para matar “bichos” si no para aullentarlos en caso de emergencia.
Vimos un bonito amanecer, un montón de pajaritos, kalaos de tierra, kalaos de pico amarillo, carraca de pecho lila, abejarucos,..... y 1 elefante medio adormilado.


Nuestro guia con escopeta incluida




Después un buen desayuno nos montamos por primera vez en el camión de Kananga y partimos rumbo a Gueta. A un lodge con bungalows y tiendas de campaña, una bonita piscina y un zumo de bienvenida. Descansamos un poco y comimos muy bien.




Kalao de pico amarillo


Elefante tan dormido como nosotros, paso a nuestro lado sin vernos
Allí dejamos nuestras maletas, y con tan solo las mochilas nos montamos en vehículos de safari, 4 x 4. Ya salimos hacia nuestra gran primera aventura, el desierto de sal, Makgadikgadi Pans.




















llegando al salar





El desierto de sal tiene una extensión tan grande como Portugal, es facilmente reconocible desde el espacio. 

Es el conjunto de salares más grande de la tierra.












Es espectacular, al llegar nos dejaron solitos a los 19 aventureros para que pudiéramos disfrutar del espació, hacer fotos haciendo el chorra y llegásemos caminando por el salar hasta el campamento.




Desperdigados, paseando por el salar

Allí nos esperaban nuestras 3 angeles protectoras (Miryam, Laura y Mari) con el resto del equipo, y gran sorpresa, nos tenían preparados unos gin tonics con boxeas de acompañamiento. Una verdadera delicatesen allí en medio de la mas absoluta soledad.












fogata para calentarnos
El equipo de soporte instalo el campamento, con 2 WC sin puerta (abiertos al infinito). Nuestro cocinero Bijey nos prepararo alli mismo una opipara cena, una gran fogata, fotos nocturnas, risas, juegos y a dormir.













Bueno a dormir el que pudo, por que el montaje era muy original . Dormimos en unos “sobres”, son unas fundas de tela de campaña con cremallera, como un saco mortuorio, de esos que ves en las pelis policíacas. Abres una cremallera y dentro esta un saco térmico, mantas y una colchoneta. Has de dormir con gorro de lana. La temperatura puede bajar hasta los 0º o 2º.
Nuestras camas alineadas, los "sobres"









Yo como estoy “redondita” cerré la cremallera y no me podía voltear, quede como una momia, por unos momentos me sentí embalsamada como una Nefertitis. Con grandes penurias conseguí sacar un brazo para abrir la cremallera y pase la noche con mi sobre abierto, como soy muy calurosa pase el resto de la noche sin frió. 











Toni se animó y también abrió su sobre, el no es tan caluroso, pero allí encerrado tenia claustrofobia, además no podía colocar los pies, no los podía poner de lado ni tiesos, su nº 45 lo tenia prisionero, prefirió pasar un poco de frío.


Toni, eligiendo nuestras sillas,  preparadas para la cena sin mesa
Por techo tienes la luna y las estrellas, todo el cielo te arropa. Montan los sobres todos juntos, en hilera, pero si quieres mas soledad trasladas tu “sobre” a otro lugar mas solitario. Cuándo la fogata se apaga la única luz que hay es la del cielo estrellado y la luna que va corriendo el cielo de un lado a otro, hasta que desaparece y por el otro lado amanece con el sol.













Para ir al baño ponen unas velas indicando el camino (los WC están super lejos), yo por la noche tuve “pipi” y lo hice en medio del salar. Por la noche creí que me había alejado bastante pero de día vi que casi, casi, moje la cabeza deToni. ¡Con el miedo casi no me había alejado! Lo cierto que había bastante luz por la luna que nos iluminó casi toda la noche y no permitió ver un cielo super estrellado.
puesta de sol en El Salar

Relajados a la luz de la fogata y de la luna


WC abierto al infinito

Te aseguran que allí al no haber agua ni plantas no hay animales, pero siempre te queda la duda ¿sabran ellos que no tienen que estar allí? ¿habra algún animalito curioso que se quiera dar un garbeo por la zona? ¿al estar tan solitario, aterrizara una nave alienigena?. 













Una vez “superados” los primeros momentos de crisis he de reconocer que es una gran experiencia, es algo irrepetible (a no ser que estés tan zumbado que quieras volver a dormir por allí).


Yo durmiendo en el sobre
Toni a la mañana siguiente


Además esta experiencia, el caminar solos por el salar, los juegos nocturnos, la fogata,... nos unió a todos. De allí salimos como un equipo, como un grupo de amigos a pesar de las diferencias de edad que había entre nosotros, el mas joven 16 y el mas mayor 64 años
¡Pero Toni esta hecho un chaval y el chaval, Joan, era muy simpático y sociable!


Todo el grupo

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